Alimentos procesados vs. alimentos frescos: ¿cuál es la mejor opción?

Es importante conocer los tipos de alimentos procesados y frescos y cuáles son mejores a la hora de alimentarse.

En la actualidad, con la creciente preocupación por la salud y la nutrición, muchas personas se encuentran en un constante debate sobre qué tipo de alimentos es mejor consumir: los alimentos frescos o los alimentos procesados.

Como ya sabemos, los alimentos naturales no son iguales que los procesados.

Aunque ambos tienen sus ventajas y desventajas, la decisión final depende de factores individuales como objetivos de salud, presupuesto y disponibilidad. Es importante encontrar un equilibrio saludable entre los dos.

Se deben comprender sus ingredientes y los métodos a los que son sometidos para su procesamiento. Esto permite conocer información que luego se tiene en cuenta a la hora de incluir estos alimentos en una dieta que debe ser equilibrada.

¿Qué son los alimentos procesados? 

Los alimentos procesados son aquellos que han sido alterados de alguna manera desde su forma natural. Se diferencian de los alimentos frescos, que no están procesados y contienen nutrientes esenciales para la salud.

Su alteración se puede hacer a través de la adición de ingredientes o el uso de técnicas como la cocción, la pasteurización o la conservación.

Estos alimentos pueden incluir productos enlatados, congelados, envasados, precocidos o procesados con aditivos químicos.

El objetivo de procesar los alimentos es mejorar su durabilidad, sabor, textura y apariencia, pero también puede aumentar el contenido de calorías, sodio y otros componentes no saludables.

Dentro de los alimentos procesados, encontramos los ultraprocesados. Estos se elaboran con una gran cantidad de aditivos artificiales, azúcares, grasas y conservantes. Son altamente elaborados, con textura suave, sabor intenso y apariencia atractiva. A menudo son poco nutritivos y pueden tener un impacto negativo en la salud a largo plazo si se consumen en exceso.

Sistemas de clasificación

Encontramos diferentes sistemas de clasificación de alimentos según su grado de procesado, según el informe del Comité Científico de la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición). 

Entre ellos, encontramos el sistema NOVA, desarrollado en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Sao Paulo. Este sistema habla de cuatro categorías de alimentos:

1. Alimentos naturales. Son aquellos que no se han procesado. Incluyen frutas, verduras, legumbres, granos enteros, carnes y productos lácteos sin procesar o un mínimo procesamiento, como puede ser el envasado o la pasteurización.
2. Alimentos culinarios procesados. Son alimentos del primer grupo que se utilizan en el proceso del cocinado, tanto para su preparación como condimentación. Entre ellos, el aceite, el vinagre, sal, azúcar, etc.
3. Alimentos procesados. Aquellos productos que han sido tratados o transformados para mejorar su durabilidad o sabor. Aquí encontramos el pan, el queso, el aceite de oliva y los alimentos enlatados.
4. Alimentos ultraprocesados. Incluyen aquellos productos con una gran cantidad de aditivos químicos, azúcares y grasas. Por ejemplo, las comidas rápidas, los dulces, los snacks, las bebidas azucaradas y los alimentos precocidos.

El objetivo de la clasificación NOVA es que las personas puedan identificar los alimentos más saludables y menos procesados. Fomenta una alimentación basada en alimentos naturales y mínimamente procesados.

Qué alimentos elegir: frescos o procesados

No existe una respuesta universalmente aceptada a qué es mejor opción, si los alimentos naturales o los procesados. Esto se debe a que se tienen en cuenta factores individuales como objetivos de salud, presupuesto y disponibilidad. 

En general, los alimentos frescos suelen ser más nutricionales. Contienen nutrientes esenciales para la salud, no llevan ni conservantes ni aditivos artificiales. También pueden ayudarte a prevenir enfermedades crónicas y a mejorar procesos como la digestión y la absorción de nutrientes.

Aun así, los alimentos naturales requieren un mayor esfuerzo y tiempo a la hora de prepararlos. Suelen ser más caros, conservarse menos tiempo y que su sabor y textura dependan de la temporada y ubicación.

En la otra mano, tenemos los procesados, que pueden ser más convenientes y asequibles. No siempre tenemos alimentos frescos en nuestra cocina, lo que nos lleva a consumir esos productos preparados, que son rápidos de consumir. Además, tienen una larga duración de conservación, y un sabor y textura uniforme. 

Pero, estos procesados, contienen conservantes, aditivos y colorantes artificiales. Pueden contener altos niveles en sodio, azúcares y grasas no saludables. Tiene un valor nutricional reducido y su consumo continuado aumenta el riesgo de enfermedades crónicas, como puede ser la obesidad y enfermedades cardiovasculares.

Lo mejor es que exista un equilibrio entre ambos alimentos. Debes elegir las opciones más saludables dentro de cada categoría.